Roberto(m): ¡¿Dónde
estamos?! Javiera(f): ¿Cómo
que
dónde
estamos? En
el
hotel. Roberto:¡¿Cuál
hotel?! Esto
no
es
más
que
un
albergue. Javiera: Pero
sólo
para
este
hotel
nos
alcanza
el
dinero. Es
barato. Roberto: Y
ese
que
está
en
el
folleto
turístico, ¿es
muy
caro? Javiera: ¡Claro! Aquel
que
te
gusta
a
ti, ese
del
folleto
turístico, es
caro. Roberto:
¿Y
quién
está
en
la
recepción? Javiera: ¡¿Qué
recepción?! Este
hotel
no
tiene
recepción, esa
señora
que
está
ahí
te
inscribe
y
eso
es
todo. Roberto:
¿Y
quién
recibe
las
maletas? Javiera: ¡¿Qué
maletas?! Esta
maleta
la
llevas
tú
y
esa
otra
yo. Roberto: Creo
que
somos
tontos. Javiera: ¿Por qué? Roberto: Porque
hay
otros
hoteles
y
estamos
en
éste. Javiera: Pero
éste
es
barato. Roberto: Sí, pero
es
malo. Javiera: No
es
malo, es
sencillo. Yo
no
soy
exigente. Roberto: Yo
en
general
no
soy
exigente, pero
ahora
estoy
decepcionado. Sí
estoy
de
vacaciones
quiero
algo
cómodo. ¿Recuerdas
aquellas
vacaciones
en
Cancún? Javiera: ¿Cuándo? Creo
que
estás
confundido. Yo
no
conozco
Cancún, es
otra
novia
que
recuerda
esas
vacaciones
en
Cancún. Roberto: ¡Ay! Perdón, soy
un
tonto. Creo
que
de
verdad
estoy
confundido.
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