Daniel: Hola
cariño,
¡qué
alegría
verte! Catalina: Daniel, ¿cómo
estás? Daniel: Muy
bien, hace
cuánto
tiempo
que
no
te
veo.
Catalina: La
verdad
ya
no
recuerdo. Daniel: Pero, ¿qué
hay
de
tu
vida?
Catalina: Todo
bien, mucho
trabajo
como
siempre. Y
tú, ¿dónde
trabajas
ahora?
Daniel: En
una
empresa
de
refrescos. Catalina: ¡Qué
chévere! ¿Qué
haces
ahí?
Daniel: Tengo
que
supervisar
a
30 personas
que
organizan
los
frascos
en
el
camión.
Catalina: ¡Qué
bien! Y, ¿cómo
los
tratas? Daniel: Muy
bien, tenemos
una
bonita
relación, ellos
me
respetan
mucho
y
yo
también
los
respeto.
Catalina: Eso
es
muy
bonito. Daniel: ¿Y
tú
dónde
trabajas?
Catalina: En
una
pizzería. Daniel: ¡Qué
bueno! ¿Y
qué
haces
ahí?
Catalina: Hago
las
pizzas, primero
las
hago
y
luego
las
vendo.
Daniel: Te
felicito. ¿Cuándo
vas
a
viajar
a
Egipto? Catalina: No
lo
sé, porque
tengo
mucho
trabajo. Pero
tú
puedes
viajar
solo.
Daniel: La
verdad
que
voy
a
viajar
el
próximo
verano. Si
quieres
puedes
venir
conmigo
y
tres
amigos
más.
Catalina: Voy
a
pensarlo, pero
creo
que
sí
voy
a
poder. Daniel: Listo, entonces
llámame
esta
semana.
Catalina: Está
bien, bonito
fin
de
semana. Daniel: Gracias, lo
mismo, chau.
Catalina: Chau.
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