Gonzalo: Hola
Miriam, ¿cómo
estás? Miriam: Bien, ¿y
tú? ¿A
dónde
vas? ¿Para
quién
es
ese
regalo? Gonzalo: Es
para
Marta,
me olvidé de
su
cumpleaños
y
recién
ayer
me acordé, así
es
que
decidí
comprarle
algo, aunque
la
fecha
del
cumpleaños
ya
pasó. Miriam: ¡Qué
terrible, yo
también
lo
olvidé! Seguro
que
Marta
se enojó conmigo
porque
ni
siquiera
la
llamé
¿Fue
el
veintiocho
de
junio
verdad? Gonzalo: ¡No! Lo
celebró
el
veintiocho, pero
su
cumpleaños
fue
el
veinticinco
de
junio. Miriam: ¡Claro! Ahora
me acuerdo, por
eso
no
fui, porque
Marta hizo
la
celebración
el
mismo
día
que
mis
padres
festejaron
su
aniversario
de
bodas. Gonzalo: ¿Pero
le
dijiste
a
Marta? ¿Ella
sabía
que
tenías
esa
otra
fiesta
en
la
misma
fecha? Porque
si
fue
así
y
tú
le
explicaste, entonces
ella
no
se enojó. Miriam: Ese
es
el
problema, que
yo
ni
la
llamé, ni
le
conté
que
tenía
otra
fiesta, ni
le
mandé
un
regalo
con
alguien, simplemente
no
la
llamé
y
me comporté muy
mal
porque
ésta
no
fue
la
primera
vez, ya
he
olvidado
el
cumpleaños
de
Marta otras
veces. Gonzalo: Yo
en
cambio
nunca
lo
he
olvidado
y
creo
que
nunca
he
olvidado
el
cumpleaños
de
nadie, esta
vez
no
sé
qué
me
pasó, seguro
me
confundí
porque
lo
celebró
días
después.
A propósito, ¿cuándo
es
tu
cumpleaños
Miriam? Miriam: ji,ji,ji ¿Te olvidaste también? Mi
cumpleaños
es
el
diez
de
julio. Gonzalo: ¡¡¡Eso
es
mañana!!! ¿Cómo
me olvidé? Miriam: Sí, es
mañana
y
preparé
una
fiesta
en
mi
casa, pensaba
avisarte
hoy. ¿Y
cuándo
es
el
tuyo? Gonzalo: El
mío
es
el
ocho
de
julio. Miriam: ¡¡¡Qué. Eso
fue
ayer!!!! ¡¡¡¿¿¿No
te
saludé
para
tu
cumpleaños???!!! ¡No
lo
puedo
creer! también
olvidé
tu
cumpleaños, no
sé
qué
me
pasó
este
año, siempre
he
recordado
las
fechas
importantes
de
todos
mis
amigos, toda
la
vida
los
he
saludado
a
todos
antes
que
nadie, he
sido
siempre
la
primera
en
llamar
por
teléfono
y
este
año
los
he
olvidado
a
todos. Gonzalo: No
te preocupes Miriam. En
realidad
a
mí
también
me
pasó. Ahora
que
me acuerdo, una
vez, hace
como
dos
años, a
mí
se
me olvidó el
cumpleaños
de
mi
papá
en
enero, el
de
mi
mamá
en
febrero
y
el
de
mis
hermanos
gemelos
en
abril. ¡Ese
año
no
saludé
a
nadie! Fue
tragicómico, porque
cuando
llegó
el
día
de
mi
cumpleaños
todos
juntos
me
hicieron
una
broma. Miriam: ¿Qué
hicieron? Gonzalo: Simplemente
no
me
llamaron
en
todo
el
día, no
me
saludaron
por
mi
cumpleaños
y
en
la
noche
cuando
llegué
a
mi
casa, abrí
la
puerta
y
estaba
todo
oscuro, estaban
todos
escondidos
esperándome, de
pronto
saltó
uno
de
mis
hermanitos, prendió
la
luz, vino
mi
mamá
con
una
torta
llena
de
velas
y
todos
salieron
de
sus
escondites, me
abrazaron, me
besaron
y
nos
reímos
mucho
todos
juntos. Miriam: ¿Me
quieres
decir
que
olvidé
todos
los
cumpleaños
de
mis
amigos
y
que
no
importa
porque
a
todos
les
ha
pasado
una
vez? Gonzalo: Exactamente. Ahora
vamos
a
casa
de
Marta y
le
damos
su
regalo. Vas
a
ver
que
no
se enojó contigo. Miriam: Bueno, pero
yo
todavía
no
le
he
comprado
su
regalo. Gonzalo: No
importa, el
saludo
es
lo
más
importante.
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