Un
poema
de
Gabriela Mistral (Chile) ¿Y
nunca, nunca
más, ni
en
noches
llenas de
temblor
de
astros, ni
en
las
alboradas vírgenes, ni
en
las
tardes
inmoladas?
¿Al
margen
de
ningún
sendero
pálido, que
ciñe el
campo, al
margen
de
ninguna fontana
trémula, blanca
de
luna?
¿Bajo
las
trenzaduras
de
la
selva, donde
llamándolo
me
ha
anochecido, ni
en
la
gruta
que
vuelve
mi
alarido?
¡Oh, no! ¡Volverlo
a
ver, no
importa
dónde, en
remansos
de
cielo
o
en
vórtice
hervidor, bajo
unas
lunas
plácidas
o
en
un
cárdeno
horror!
¡Y
ser
con
él
todas
las
primaveras y
los
inviernos, en
un
angustiado nudo, en
torno
a
su
cuello
ensangrentado!
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