Al
señor
y
a
la
señora
Lara les
gusta
la
buena
vida. Disfrutan
de
lujosas, largas
y
cómodas vacaciones
todos
los
años, tienen
empleados
y
comen
en
restaurantes
caros. Pero
deben
mucho
dinero, pues
gastan
más
dinero
del
que
tienen.
Una
mañana, antes
de
ir
a
la
peluquería, la
señora
Lara contesta
el
teléfono
- ¿Es
usted
la
señora
Lara? -
pregunta
la
voz
de
un
hombre. - ¡No! - mintió automáticamente
la
señora
Lara - Yo
soy
la
señora
Jara. Este
es
un
pequeño
truco
de
la
señora
para
evitar
hablar
con
posibles
acreedores. - Seguro
que
he
marcado
mal
el
número
de
teléfono, ¡Qué
pena, señora
Jara! - dice
la
voz
en
el
teléfono. - ¿Por
qué
es
una
pena? - Porque
la
señora
Lara ganó
en
un
sorteo, una
casa
de
dos
pisos, totalmente
nueva
y
equipada
en
la
isla
de
Ibiza. - ¡Espere un
minuto! ¡Voy
para
allá
inmediatamente!- dice
la
señora
Lara. - Pero
usted
me
dijo
que
se
llama la
señora
Jara, no
Lara. - Yo
no
le
he
dicho
que
me
llamo Jara, es
usted
el
que
ha
escuchado
muy
mal. Usted
no
entiende
nada
desde
el
principio
de
la
conversación.
FIN
|