(Alejandro Sanz)
Amiga
mía, lo
sé. Sólo
vives
por
él, que
lo
sabe
también.
Pero
él
no
te
ve
como
yo
suplicarle
a
mi
boca
que
diga
que
me
ha
confesado
entre
copas
que
es
con
tu
piel
con
quién
sueña
de
noche
y
que
enloquece
con
cada
botón
que
te
desabrochas
pensando
en
sus
manos.
Él
no
te
ha
visto
temblar
esperando
una
palabra, algún
gesto, un
abrazo.
Él
no
te
ve
como
yo
suspirando,
con
los
ojitos
abiertos de par en par
escucharme
nombrarle.
Ay
amiga
mía
lo
sé
y
él
también.
Amiga
mía, no
sé
qué
decir
ni
qué
hacer
para
verte
feliz.
Ojalá
pudiera
mandar
en
el
alma
una
libertad
que
es
lo
que
a
él
le
hace
falta.
Llenarte
los
bolsillos
de
guerras
ganadas. De
sueños,
de
ilusiones
renovadas.
Yo
quiero
regalarte
una
poesía.
Tú
piensas
que
estoy
dando
las
noticias.
Amiga
mía. Ojalá
algún
día
escuchando
mi
canción
de
pronto
entiendas
que
lo
que
nunca
quise
fue
contar
tu
historia
porque
pudiera
resultar
conmovedora.
Pero
perdona, amiga
mía.
No
es
inteligencia
ni
sabiduría.
Esta
es
mi
manera
de
decir
las
cosas.
No
es
que
sea
mi
trabajo
ni
es
mi
idioma.
Amiga
mía. Princesa
de
un
cuento
infinito.
Amiga
mía. Tan
sólo
pretendo
que
cuentes
conmigo.
Amiga
mía. A
ver
si
uno
de
estos
días
por
fin
aprendo
a
hablar
sin
tener
que
dar
tantos
rodeos
que
toda
esta
historia
me
importa
porque
eres
mi
amiga.
Amiga
mía, lo
sé. Sólo
vives
por
él, que
lo
sabe
también.
Pero
él
no
te
ve
como
yo
suplicarle
a
mi
boca
que
diga
que
me
ha
confesado
entre
copas
que
es
con
tu
piel
con
quién
sueña
de
noche... Las
letras
de
canciones
pertenecen
a
sus
autores
y
se publican
aquí
por
razones
educativas.
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