Pablo Neruda (Chile) Para
mi
corazón
basta
tu
peco, para
tu
libertad
bastan
mis
alas. Desde
mi
boca
llegará
hasta
el
cielo lo
que
estaba dormido sobre
tu
alma.
Es
en
ti
la
ilusión
de
cada
día. Llegas
como
el
rocío
a
las
corolas. Socavas
el
horizonte
con
tu
ausencia. Eternamente
en
fuga
como
la
ola.
He dicho que
cantabas
en
el
viento como
los
pinos
y
como
los
mástiles. Como
ellos
eres
alta
y
taciturna. Y
entristeces
de
pronto, como
un
viaje.
Acogedora como
un
viejo
camino. Te pueblan ecos
y
voces
nostálgicas. Yo
desperté
y
a
veces
emigran
y
huyen pájaros
que
dormían
en
tu
alma.
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