Los
cuentos
que
frecuentemente
tienen
connotaciones
picarescas
o
abiertamente
sexuales, antiguamente
eran
contados
en
voz
baja, entre
cuchicheos, principalmente
en
presencia
de
personas
del
sexo
opuesto. Para
designar
estas
historias, surgió
la
palabra
chiste, que
viene
del
verbo
chistar, que
en
los
orígenes
de
nuestra
lengua
tenía
el
significado
de
cuchichear
o
"hablar
en
voz
baja" o
también
"emitir
un
sonido
con
intención
de
hablar". Chistar
es
una
voz
de
formación
onomatopéyica
que
proviene
del
sonido
sst o
chst, usado
para
llamar
a
las
personas
o
para
imponer
silencio.
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