Alfonsina Storni Esta
noche
al
oído
me
has
dicho
dos
palabras
comunes. Dos
palabras
cansadas
de
ser
dichas. Palabras
que
de
viejas
son
nuevas. Dos
palabras
tan
dulces, que
la
luna
que
andaba
filtrando
entre
las
ramas
[se detuvo
en
mi
boca. Tan
dulces
dos
palabras
que
una
hormiga
pasea
por
mi
cuello
y
no
intento
moverme
para
echarla. Tan
dulces
dos
palabras
que
digo, sin
quererlo: ¡Oh, qué
bella
la
vida! Tan
dulces
y
tan
mansas
que
aceites
olorosos
sobre
el
cuerpo
derraman. Tan
dulces
y
tan
bellas
que
nerviosos
mis
dedos
[se mueven
hacia
el
cielo
imitando
tijeras. Oh, mis
dedos
quisieran
cortar
estrellas.
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