Gonzalez, Rojas
- Chile Qué
se ama
cuando
se ama, mi
Dios: ¿la
luz
terrible
de
la
vida
o
la
luz
de
la
muerte? ¿Qué
se busca, qué
se halla, qué
es
eso: amor? ¿Quién
es?
¿La
mujer
con
su
hondura, sus
rosas, sus
volcanes
o
este
sol
colorado que
es
mi
sangre
furiosa cuando
entro
en
ella
hasta
las
últimas
raices?
¿O
todo
es
un
gran
juego, Dios
mío, y
no
hay
mujer
ni
hay
hombre
sino
un
solo
cuerpo: el
tuyo, repartido
en
estrellas
de
hermosura, en
particular
de
fugaces de
eternidad
visible?
Me muero en
esto, oh Dios, en
esta
guerra
de
ir
y
venir
entre
ellas
por
las
calles, de
no
poder
amar
trecientas a
la
vez, porque
estoy
condenado
siempre
a
una, a
esa
una, a
esa
única
que
me
diste
en
el
viejo
paraíso.
|