John es
un
muchacho
de
22 años, que
viaja
por
Sudamérica
como
mochilero. Ahora
está
en
Buenos
Aires, una
gran
ciudad
y
quiere
llegar
al
Museo
de
Bellas
Artes.
Él
no
sabe
cómo
llegar, habla
poco
español
y
es
un
poco
tímido. John pregunta
a
una
señora
de
más
o
menos
35 años: - Por
favor, señora. ¿Para
ir
al
Museo
de
Bellas
Artes? ¿Es
por
aquí? - Sí, sí, es
muy
cerca. Tiene
que
seguir
derecho
y
doblar
en
la
tercera
calle
a la izquierda. Allí
hay
una
tienda
de
zapatos, debe
doblar
a la derecha, una, dos, tres
calles
y
ahí
está
el
museo. Un
señor
con
sombrero
y
cigarrillo
de
más
o
menos
40 años
escucha
el
diálogo
entre
John y
la
señora
y
empieza
a
hablar: - Perdonen que
interrumpo, pero
para
ir
al
museo
debe
doblar
aquí
a la derecha y
luego... La
señora
interrumpe: -
¡No, no, no, no
es
por
ahí! - ¡Sí, sí
es
por
ahí!
Yo
hago
este
camino
todos
los
días. - No, no, yo
vivo
en
Buenos
Aires
desde
que
nací y
conozco
muy
bien
la
ciudad. - Ah, en
eso
usted
me
gana. Yo
soy
de
la
provincia
de
Tucumán. - ¡Ah! Mi
madre
es
de
Tucumán del
pueblo
en
el
que
cocinan las
mejores
empanadas
del
mundo. - ¡Ah! Yo
también. ¡Que
casualidad! Mi
madre
todavía
cocina
esas
empanadas. Aquí
cerca
hay
un
lugar
donde
hacen
las
empanadas
casi
como
mi
madre. ¿Quiere
ir
a
comer
y
tomar
un
vinito? - Por
supuesto
- dice
la
señora
emocionada.
Mientras
tanto,
John sigue
allí, callado
con
su
mapa
en
la
mano
y
sin
entender
muy
bien
lo
que
hablan
estos
dos
argentinos. Con
la
boca
abierta mira
cómo
el
señor
y
la
señora, se van y
entran
en
una
taberna
que
dice
"Empanadas
Tucumanas."
FIN
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