Existía
entre
algunos
pueblos, una
costumbre
consistente
en
que, cuando
un
hombre
mataba
a
otro, estaba
obligado
a
pagar
en
oro
o
en
plata, el
peso
de
la
víctima
a
sus
familiares. Posteriormente, esa
práctica
se trasladó al
ámbito
religioso, de
manera
que
los
parientes
de
un
enfermo
ofrecían
por
su
pronto
restablecimiento, el
peso
de
aquel
en
plata, cera, trigo, etcétera. El
mismo
significado
tienen
hoy
las
ofrendas
que
se
elevan
a
la
Virgen
o
a
algún
santo
en
los
templos; asimismo, entre
los
ismaelitas
Parsi de
la
India
subsiste
la
costumbre
de
regalar
anualmente
a
su
jefe
espiritual, el
Aga Khan, su
peso
en
oro. Todos
estos
antecedentes
dieron
lugar
a
la
creación
del
dicho
popular
vale
lo
que
pesa, utilizado
para
reconocer
el
valor
(moral, intelectual, artístico
o
práctico) de
una
persona
en
particular.
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