Vanesa: Melina, qué
alegría
verte, ¿hace
cuánto
que
no
hablábamos? Melina: Era
que
estaba
muy
ocupada. Vanesa: Pero
parece
que
estás
enferma. Toma
jugo
de
mango. Melina: Gracias
está
muy
rico. Bueno
ya
sabes, yo
siempre
tuve
muchos
problemas
de
salud
cuando
era
niña. Vanesa: Pero
creí
que
ya
estabas
mejor. Melina: No, tú
sabes, de
niña
yo
estaba
cada
semana
en
el
hospital. Muchas
veces
me
tenían
que
llevar
desde
mi
casa
en
ambulancia
y
me quedaba por
varios
días
internada
en
una
clínica
o
en
un
hospital. Vanesa: Uff,
lo siento, pero
ahora
creo
que
estás
mejor. Melina: Pues
la
verdad
es
que
sí, pero
los
últimos
días
he
tenido
que
ir
constantemente
al
hospital
a
hacerme
unos
exámenes
porque
el
mes
pasado
estuve
en
el
hospital
y
me
pusieron
suero
y
todo
el
mes
he
estado
tomando
pastillas
y
a
veces
voy
al
hospital
porque
me
tienen
que
aplicar
inyecciones. Vanesa: Pero, ¿a
qué
se
deben
todos
estos
problemas? Melina: La
verdad
es
que
esto
es
herencia. Mi
abuela
siempre
tuvo
los
mismos
problemas, ella
era
una
mujer
muy
enferma, a
pesar
de
que
estaba
siempre
muy
linda
y
muy
bien
vestida, por
dentro
estaba
muy
enferma, además
ella
murió
de
sólo
63 años. Vanesa: Bueno, pero
ahora
vamos
a
olvidar
eso, ¿quieres
tomar
un
café? Melina: No
puedo
porque
tengo
prohibido
tomar
café. De
todos
modos
gracias
por
el
jugo
estaba
muy
rico. Pero
ya
me
tengo
que
ir, tengo
una
cita
en
el
hospital
en
una
hora
y
no
estoy
segura
que
alcanzo
a
llegar. Vanesa: Bueno, te
deseo
mucha
suerte
y
espero
que
te sientas mejor. Llámame
de vez en cuando. Melina: Listo, en
estos
días
te
llamo
y
hablamos. Chau. Vanesa: Chau.
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