Franco: Hola
Ana, ¿cómo
lo
pasaste
en
tu
viaje
a
Chile? Ana: ¡Muy
bien! visité
muchísimos
lugares, vi
paisajes
hermosos, hablé
con
personas
fascinantes
y
conocí
culturas
impresionantes. Franco: ¿A
qué
lugares
fuiste? ¿Viajaste
al
norte
o
sólo
estuviste
en
el
sur? Ana: Estuve
unos
días
en
Santiago, pero
la
mayoría
del
tiempo
la
pasé
en
el
sur, me
fasciné
tanto
con
esos
paisajes
que
preferí
quedarme
en
la
isla
de
Chiloé. Franco: ¿Qué
había
tan
fascinante
en
esa
isla? Ana: Tuve
una
suerte
enorme, porque
asistí
a
una
de
las
fiestas
tradicionales
más
típicas
de
la
zona, La
Minga. Franco: ¿Qué
hicieron? ¿Cómo
supiste
que
era
una
fiesta? ¿Te
invitaron? Ana: Sí, me
invitaron, el
asunto
fue
así: Cuando
llegué
no
conocía
a
nadie
y
mientras
estaba
en
la
estación
de
buses
conocí
a
una
pareja
de
jóvenes
chilotes
muy
simpáticos, que
vivían
ahí
y
me
invitaron
a
alojar
en
su
casa. Franco: ¿Aceptaste? Ana: ¡Claro
que
acepté! y
así
tuve
alojamiento
gratis
por
todo
el
tiempo. Fueron
muy
generosos. Y
bueno, al
día
siguiente
me
llevaron
a
un
lugar
hermoso, un
bosque
verde
y
fresco, ahí
estaban
reunidas
muchas
personas, todos
eran
vecinos
del
lugar, ataban
cuerdas, movían
animales, daban
instrucciones, trabajaban
y
reían
felices
alrededor
de
una
casa. Franco: ¿Y
qué
hacían
ahí? Ana: ¡Esa
era
la
fiesta! ¡Fue
una
cosa
impresionante! ¡La
Minga
es
un
cambio
de
casa! Vi
como
una
familia
se
cambiaba
de
casa
y
todos, todos
los
vecinos
del
pueblo
la
ayudaban. Franco: ¿Cómo
hicieron
eso? Ana: Fue
una
experiencia
fascinante. Vi
como
las
personas
amarraban
la
casa
desde
la
base, la
levantaban, la
ponían
sobre
muchos
palos
unidos
y
la
arrastraban
con
la
ayuda
de
animales. Así
la
llevaron
hasta
el
lugar
donde
la
familia
se
cambiaba. Franco: ¡¿Cómo?! ¡¿Tomaron
una
casa
y
la
cambiaron
de
lugar?! Ana: ¡¿Sí?! Eso
es
una
Minga, cambian
la
casa
de
lugar
y
lo
hace
todo
el
pueblo
para
ayudar
a
una
familia. Franco: ¿Y
qué
hiciste
tú? Ana: Yo
también
ayudé, los
chicos
con
los
que
viví
me
llevaron
para
allá
y
me
invitaron
a
participar. ¡Fue
tan
lindo! me
sentí
parte
del
pueblo, sentí
que
ayudé, fui
útil
y
me
encantó. Y
lo
mejor
pasó
después. Franco: ¿Qué
pasó
después? Ana: Prepararon
un
gran
curanto, que
es
una
comida
típica
de
allá, con
mariscos
y
carne, e
hicieron
una
tremenda
fiesta. Comí, bebí, bailé, canté, conocí
gente, fue
maravilloso, fue
una
de
las
mejores
experiencias
de
mi
vida.
PREGUNTAS:
|