Los
indios
tienen
un
concepto
especial
sobre
el
paraíso,
según
ellos, en
él
existen
árboles
que
conceden deseos... Simplemente
te sientas bajo
uno
de
estos
árboles, deseas
cualquier
cosa
y
se cumple de
inmediato, no
hay
lapso de
tiempo
alguno
entre
el
deseo
y
su
cumplimiento.
Una
vez, un
hombre
iba
caminando
y
por
error
entró
al
paraíso. Ahí
vencido por
el
cansancio, bajo
un
árbol
"cumplidor" de
deseos, se durmió.
Al
despertar, estaba
hambriento
y
dijo: "¡Tengo
tanta
hambre! Querría comer
algo
de
comida".
Y
de
inmediato, de
la
nada, flotando
en
el
aire, apareció
una
deliciosa
comida. Comió
todo
rápidamente...la
comida
estaba
¡tan
sabrosa!
Cuando
el
hombre
se sentía satisfecho, tras
haber
saciado su
apetito, miró
a
su
alrededor
y
pensó: "Tengo
sed, si
tan
sólo
pudiera
tener
algo
para
beber!" Terminó
de
decir
la
frase
y
apareció
frente
a
él
un
fino
y
delicioso
vino.
Soplaba una
suave
y
fresca
brisa
mientras
el
hombre
bebía este
vino
bajo
la
sombra
del
árbol, y
se
preguntó: "¿Estoy
soñando
o
hay
espíritus
que
están
bromeando
conmigo? ¿Qué
está
pasando?" Y
de
inmediato
aparecieron
asquerosos, horribles
y
feroces fantasmas. Tembló de
miedo
y
pensó: "¡Seguro
que
me
matan!"... Y
lo
mataron.
Tu
mente
es
un
árbol
"cumplidor" de
deseos: pienses
lo
que
pienses, tarde
o
temprano
se verá cumplido.
FIN
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