Manuel y
sus
amigos
están
en
el
gimnasio
de
un
club
y
suena
un
teléfono
móvil.
Manuel contesta: - ¿Si? - ¿Querido, eres
tú? ¡Se
oye
horrible!
- dice
una
mujer. - ¡hola... hola! - ¿Estás
en
el
gimnasio? - ¡Sí!
- responde
Manuel. - Estoy
frente
a
la
vidriera de
una
tienda
viendo
un
abrigo
de
piel
precioso. ¿Puedo
comprármelo? - ¿Y
cuánto
cuesta?
- pregunta
Manuel. - Como
7.200 pesos. - ¡Dale! Y
cómprate también
unos
zapatos
del
color
del
abrigo, amor
mío. - Bueno... esteee... resulta
que
también, antes
yo
paso
por
una
agencia
de
automóviles y
veo
un
Mazda en
oferta, el
último
que
les
queda. - ¿Y
de
cuánto
es
esa
oferta? - Sólo
120.000 pesos... ¡Y
es
muy
bonito! - Buuueno. Cómpralo, pero
lo
quiero
con
todos
los
extras, y
si
sale
un
poco
más, como
situación
excepcional, no
me
voy
a
enojar. La
mujer, viendo
que
su
marido
acepta
todos
sus
pedidos, decide
preguntar: - Cariño... ¿Te acuerdas que
te
conté
que
mamá
quiere
venir
a
vivir
con
nosotros? ¿te
parece
bien
que
la
invite por
un
mes, a
prueba, y
el
mes
que
viene
lo
volvemos
a
hablar? - Bueeeno está
bien... pero
no
me
pidas
nada
más, ¿eh? - Sí, sí, está
bien. ¡Ay, cuanto
te
adoro
mi
amor! - Yo
también
te
quiero. Un
besito, mi
amor.
Al
colgar
el
teléfono,
Manuel se gira al
grupo
y
pregunta: - ¿Alguien
sabe
de
quién
es
éste
celular?
FIN
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