Los Honorarios de La Abogada

Spanish Uno Article

El Perro de una abogada entra en la carnicería de al lado y come un trozo de carne con total naturalidad, a los ojos del carnicero. El carnicero, que es algo tacaño, corre al despacho de la abogada y le pregunta:
- Si un perro come un trozo de mi carnicería frente a mis ojos, ¿puedo exigir que su dueño me pague el valor de la carne?
- Está en su derecho, si puede demostrarlo.
- Entonces, ¡págueme los 12 $ que vale el trozo de carne que come su perro!
La abogada, ve que el perro todavía tiene en la boca parte de la carne, saca 12 $ y se los da sin objeciones al carnicero.
El carnicero vuelve a su carnicería un poco arrepentido porque siente que le habla un poco brusco a la abogada.
- Es una mujer muy atractiva y soltera. Al fin y al cabo sólo es un trozo de carne.
Al día siguiente entra la abogada en la carnicería y le da un papel al carnicero. El carnicero sorprendido le pregunta:
- ¿Qué es ésto?
- Un recibo de 40 $. Es por mis honorarios de su consulta de ayer.

FIN

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