Chocho y el conejo

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Javier fue un día con su esposa Consuelo, a cenar a la casa de su jefe, el señor Poblete, quien además de ser el jefe de Javier, es su vecino.

- ¿Dónde compra la carne? está buenísima - preguntó Consuelo
- Es una carne especial que no se encuentra aquí. La venden unos argentinos, que la traen de afuera.
- Para continuar la conversación, Javier afirma que los argentinos son número uno en carne. Él sabe muy bien que lo importante es no hablar de política ni de religión, pues el señor Poblete es católico y conservador, y él es ateo y de izquierda.
- ¿Tiene gallinas?- pregunta la mujer mirando hacia el fondo del jardín - ¿Qué es aquello? ¿Una jaula? -
- Es el conejo de mi sobrinita, contesta el jefe. Está fascinada con su conejo, pero en su departamento no hay espacio para el conejo, ella vive en un departamento en el centro. Como yo se lo cuido como a un hijo, me va bien, porque así ella viene a verme por lo menos tres veces por semana. Bueno, viene a visitar al conejo, pero...
- ¡Qué original! - dice Javier - Nosotros tenemos a nuestro perro Chocho. Un animal hace mucha compañía.

A la semana siguiente, Javier y Consuelo estaban tomando en el jardín, cuando de repente entró Chocho con un conejo muerto en el hocico. El perro se sentó en el suelo, junto a la entrada. Javier reconoció de inmediato al conejo de su jefe, a pesar de que estaba sucio y lleno de tierra.

- ¡Dios mío! me va a matar, me va a despedir...Es el conejo del señor Poblete!!!
- Espera, tengo una idea - dice la mujer - Es de noche, no hay mucha luz, yo vi salir al señor Poblete, y en los alrededores no hay nadie. Podemos entrar al jardín y devolver el conejo a su jaula. Nunca va a saber que hemos sido nosotros si no decimos nada.
Eso fue lo que hicieron.

Cuando, todavía nerviosos, salen de su casa a la mañana siguiente, se encuentran al señor Poblete al lado de su elegante coche. Javier saluda primero:
- Buenos días ¿Todo bien?
- Qué día tan bonito ¿verdad señor Poblete? - saluda Consuelo nerviosa 
- Hola, buenos días - dice el señor Poblete - , , todo va bien. Bueno, la verdad es que ha pasado una cosa muy rara.
- Ah, ¿? - pregunta la pareja a la vez.
- , escuchen la historia, hace unos días he enterrado en el jardín al conejo de mi sobrina, el pobre se ha muerto
- ¿Quéééé?
- , pero no entiendo nada, lo extraño es que ahora está nuevamente en su jaula, aunque muerto, claro, y lleno de tierra.

FIN

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